"Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto..."



Paredes de Leiden

Dejo mis viejos libros, recogidos
en rincones del mundo, venerados
en su tipografía majestuosa,
a los nuevos poetas de América,
a los que un día
hilarán en el ronco telar interrumpido
las significaciones de mañana.
Ellos habrán nacido cuando el agreste puño
de leñadores muertos y mineros
haya dado una vida innumerable
para limpiar la catedral torcida,
el grano desquiciado, el filamento
que enredó nuestras ávidas llanuras.
Toquen ellos infierno, este pasado
que aplastó los diamantes, y defiendan
los mundos cereales de su canto,
lo que nació en el árbol del martirio.
Sobre los huesos de caciques, lejos
de nuestra herencia traicionada, en pleno
aire de pueblos que caminan solos,
ellos van a poblar el estatuto
de un largo sufrimiento victorioso.
Que amen como yo amé mi Manrique, mi Góngora,
mi Garcilaso, mi Quevedo:
fueron
titánicos guardianes, armaduras
de platino y nevada transparencia,
que me enseñaron el rigor, y busquen
en mi Lautréamont viejos lamentos
entre pestilenciales agonías.
Que en Maiakovsky vean cómo ascendió la estrella
y cómo de sus rayos nacieron las espigas.
__
Testamento (II), Pablo Neruda



4 comentarios:

  1. este tio es algo no-normal. me encanta.

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  2. Gracias por firmarme :) Cada comentario me hace esbozar una sonrisilla ^^
    a mí también me gustan mucho tus actualizaciones, Neruda es genial.
    Un besazo

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  3. Y eso si es un testamento en condiciones :)
    Personalmente adoro a Quevedo.

    un beso!

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  4. me gustas cuando callas porque estas como ausente... un genio!

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"No olvides de silbar,
no basta soplar."

Gracias ;)