"Mirad ahora El matrimonio Arnolfini. Es un retrato de dos personas, el señor y la señora Arnolfini. Giovanni Arnolfini era un comerciante de paños italiano afincado en Brujas. Sostiene la mano de su costilla, que lleva un suntuoso vestido verde ribeteado en pieles, a todas luces caro. El señor Arnolfini parece un hongo venenoso, pero no es culpa suya, ya que esta clase de sombreros estaba muy en boga en aquella época. Ella tiene pinta de estar embarazada, ¿a qué sí? ¡Pues no! Vale, tiene una buena barriga, pero fijaos bien. Fijaos bien. Se ha recogido el espléndido vestido con la mano delante para presumir de ese paño que era la fuente de la riqueza de su marido.
También el ideal de belleza era diferente entonces [...] Y parece una pera: tiene unos pechitos altivos en lo alto del torso y una barriga enorme. Hay una palabra húngara que describe estas algres tetitas tiesas: speermel, que siempre he considerado acertada. La pobre parece un bolo. Y ése era el ideal de belleza en la Edad Media. Así que es probable que la señora Arnolfini no esté embarazada, pero se supone que ha de parecer atractiva y fecunda.
Y hay más, mucho más. En el Renacimiento del norte de Europa los artistas empleaban una técnica que tiene un nombre intrigante: "simbolismo oculto". Fundamentalmente significa "iconografía alegórica". En los cuadros se plasmaban objetos que eran metáforas o referencias alegóricas a otras cosas. Os pondré un ejemplo sencillo: en la mesa que hay bajo la ventana, a la derecha de Giovanni, hay unas frutas, posiblemente naranjas. La fruta era símbolo de prosperidad y fertilidad económica y biológica. En el suelo, entre la pareja, hay un perro. Fijaos con atención. Gracias a las pinturas al óleo, a los pinceles pequeños, y probablemente a un gran entrecerrar de ojos, Van Eyck pintó cada uno de los pelos de este perrillo con una serie de colores que, por acumulación, dan un aspecto muy naturalista. El perro es el símbolo de la lealtad.
¿Qué más? ?Veis la estatua de la pared, al fondo de la habitación? Es santa Margarita, la santa a la que rezaríais si esperais quedaros embarazadas. ¿Cómo sé que no fue una boda de penalti? Observad la parte superior del cuadro: hay una araña con una vela encendica. Si la vela estuviese apagada la señora Arnolfini estaría encinta y esos dos ya se habrían casado. Pero están siendo casados por eso...
¿Pôr qué se llama el cuadro El matrimonio Arnolfini? Os diré por qué, ya que, de lo contrario, nos pasaremos aquí una semana. En primer lugar, en el año 1434 uno no iba al despacho del alcalde a firmar la partida de matrimonio. Lo único necesario para enyugarse era darle la mno a la novia y hacer una promesa delante de dos testigos. Podemos ver que los Arnolfini están agarrados de la mano. Y descalzos. ¿Qué significa eso? ¿Un simbolismo alegórico? Significa que pisan terreno sagrado. Pero es un dormitorio. Sí, pero están en medio de la ceremonia del sagrado matrimonio.
Muy bien, pero ¿y los testigos? Acercaos a mirar por turnos. En el centro de la habitacion hay un espejo redondo convexo. Los espejos convexos siempre fueron un clásico en los talleres de artistas de la Edad Media. pero ¿qué vemos en el espejo? Dos figuras: una con turbante azul y la otra... con un turbante rojo. Mirad a vuestra izquierda: Van Eyck lleva un turbante rojo en su autorretrato. ¡Sí! ¡Aleluya! Los conservadores de este museo son muy serviciales. En el espejo aparecen dos testigos, lo cual significa que se encuentran donde nos encontramos nosotros ahora, observando la escena. Entonces nosotros nos convertimos en testigos. La sutileza y la destreza de Van Eyck son asombrosas. [...] ¡El cuadro es, literalmente, la partida de matrimonio!"
EL LADRÓN DE ARTE
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